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CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
Siguiendo el DSM-5 (APA, 2013), el Trastorno de la comunicación social TCS se describe en torno a cuatro criterios diagnósticos:

A. Dificultades persistentes en el uso social de la comunicación verbal y no verbal manifestado por:

  • Deficiencias en el uso de la comunicación para propósitos sociales, como saludar y compartir información, de manera que sea apropiada al contexto social.
  • Deterioro de la capacidad para cambiar la comunicación de forma que se adapte al contexto o a las necesidades del que escucha, como hablar de forma diferente en un aula o en un parque, conversar de forma diferente con un niño o con un adulto, y evitar el uso de un lenguaje demasiado formal
  • Dificultades para seguir las normas de conversación y narración, como respetar el turno en la conversación, expresarse de otro modo cuando no se es bien comprendido y saber cuándo utilizar signos verbales y no verbales para regular la interacción.
  • Dificultades para comprender lo que no se dice explícitamente (p. ej., hacer inferencias) y significados no literales o ambiguos del lenguaje (p. ej., expresiones idiomáticas, humor, metáforas, múltiples significados que dependen del contexto para la interpretación).

B. Las dificultades causan limitaciones funcionales en la comunicación eficaz, la participación social, las relaciones sociales, los logros académicos o laborales.

C. Los síntomas del TCS se manifiestan en edades tempranas, no siendo siempre fáciles de detectar al estar en pleno proceso de desenvolvimiento y adquisición de las habilidades lingüísticas.

D. No se pueden atribuir a la existencia de cualquier tipo de alteración o déficit sensorial, motor o neurológico, así como la presencia de alguna enfermedad o discapacidad intelectual.

SÍNTOMAS:

  • Vertiente receptiva:
  • Recepción y comprensión del lenguaje:
    • Dificultades de comprensión verbal no ligadas al léxico.
    • Interpretación literal.
    • Dificultad para comprender la ironía, mentiras y usos metafóricos.
    • Alteración interactiva mientras se escucha.
    • Comunicación e interacción social:
      • Falta de interés
      • Adquisición inapropiada de normas sociales.
      • Falta de sensibilidad social.
      • Dificultad para entender juegos.
      • Dificultades en tareas de Teoría de la Mente.
      • Percepción anómala de ciertos estímulos.
  • Vertiente expresiva:
  • Expresión oral:
    • Trastornos de la informatividad.
    • Trastornos semánticos.
    • Pobreza de registros.
    • Dificultad en ajustarse al contexto, estatus del interlocutor y normas sociales.
    • Dificultad para respetar las reglas conversacionales.
    • Dificultad para reparar malentendidos.
    • Alteraciones de la prosodia o la entonación.
    • Respuestas inadecuadas a las preguntas ajenas.
    • Tendencia a la invarianza.
    • Alteraciones de la expresión no verbal.
    • Actividades lúdicas y sociales:
      • Alteraciones del juego.
      • Alteraciones en las relaciones con iguales.
      • Alteraciones en las relaciones con adultos.
      • Alteraciones del comportamiento.

PROBLEMAS CON EL DIAGNÓSTICO:

Como hemos comentado el TCS se entiende como un déficit nuclear en el uso social de la comunicación verbal y no verbal, por ello existen dificultades en su diagnóstico por solaparse su sintomatología con otras entidades como: trastorno del espectro autista (TEA), trastorno del aprendizaje no verbal (TANV), trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDA-H) y en relación con otros cuadros sindrómicos: síndrome de Williams, hidrocefalia crónica y leucomalacia periventricular.

  • Diagnóstico diferencial respecto al TDA-H. Los niños con déficit de atención manifiestan dificultades leves en la adecuación pragmática del lenguaje secundarias al déficit en el control inhibitorio que los caracteriza, pero no muestran déficit en las ‘relaciones sociales’ ni en ‘comunicación no verbal’. Menor presencia de déficits atencionales y ejecutivos en el TCS en comparación con el TDA-H.
  • Diagnóstico diferencial respecto al TANV.
    El déficit pragmático es común en ambos grupos, pero en el TCS es más grave y se da mayor afectación en coherencia y comprensión. Los dos grupos tienen problemas en las relaciones sociales (secundarios a su déficit primario). El TCS no presenta problemas de motricidad gruesa, ni alteraciones alteraciones visoperceptivas y visoconstructivas que sí presenta el TANV. También el TCS muestra menor alteración en aprendizajes (matemáticas, comprensión lectora, disgrafía) respecto al TANV.
  • Diagnóstico diferencial respecto al TEA. En ambos grupos, el déficit pragmático es grave. La diferencia principal entre ellos se da en intereses restringidos, habla y conductas motoras estereotipadas. En el TCS hay ausencia o frecuencia baja de estereotipas o conductas ritualizadas, capacidad de juego simbólico, aparición estable de conductas declarativas, mejor contacto ocular y comunicación no verbal, así como menor existencia de invarianza en su comportamiento.
  • Diagnóstico respecto al Síndrome de Asperger (TEA-1). El TCS muestra menor presencia de intereses restringuidos y rituales así como menor necesidad de invarianza en su comportamiento respecto a los niños con SA. Los niños con TCS presenta un retraso en la adquisición del lenguaje y las alteraciones persisten más allá de los 6/ 7 años.

REFERENCIAS:
Monfort M., Juárez A., Monfort I. Niños con trastornos pragmáticos del lenguaje y de la comunicación. Editorial: Entha.