Skip to main content

El diagnostico de autismo no siempre es fácil, y puede ser confundido con otras entidades diagnósticas si no se lleva a cabo una exhaustiva anamnesis y observación conductual del niñ@ en diferentes contextos. Es fundamental tener en cuenta los diagnósticos diferenciales para mejorar la calidad diagnóstica y poder desarrollar así la intervención educativa, social y emocional más óptima y adecuada al niñ@.

Los trastornos del Espectro Autista comparten tres manifestaciones principales:

1. Alteraciones cualitativas de la comunicación
2. Alteraciones cualitativas de la interacción social
3. Patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta

Estas tres manifestaciones aparecían recogidas en los criterios del anterior DSM-IV.
Actualmente en el DSM-5 las dos primeras se engloban en un solo criterio. Las dos primeras manifestaciones; es decir, las que se refieren a comunicación e interacción, no son específicas de los TEA ya que pueden ser compartidas con muchos otros trastornos.  Su sensibilidad y especificidad aumentan cuando se asocian a patrones estereotipados y restrictivos de conducta, y a manifestaciones relacionadas con Trastornos de la modulación y/o trastornos de la discriminación sensorial.  Es decir, esto último parece ser más propio del Autismo que de otros diagnósticos, aunque no es exclusivo.
Por tanto, en este punto, es crucial tener en cuenta la diversidad de trastornos con los que nos podemos encontrar y que comparten características con los Trastornos del Espectro Autista. El neuropsicólogo debe ser conocedor de dicha diversidad para realizar un correcto diagnóstico diferencial y posterior diagnóstico.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:

TRASTORNO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE

En el caso de los niños con alteraciones importantes en el desarrollo del lenguaje debemos tener en cuenta:
a) Trastorno del desarrollo del lenguaje sin alteraciones en la socialización. El niño muestra intencionalidad comunicativa, quiere relacionarse con los demás. En el tiempo las dificultades comunicativas pueden provocar alguna disfunción social, pero siempre hay “intencionalidad” de comunicar y de interactuar.
b) Trastorno del desarrollo del lenguaje con alteraciones en la socialización. La diferencia con los TEA radica en que estos niños no presentan patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta.

TRASTORNO DEL DESARROLLO INTELECTUAL

Cuanto más bajo sea la capacidad intelectual o el Cociente de Desarrollo, más características relacionadas con los Trastornos del Espectro del Autismo se observan. Sin embargo, esos patrones conductuales no pueden ser atribuidos a un diagnóstico de TEA, sino que se explican mejor por el nivel de desarrollo intelectual.
Sin embargo, puede darse el diagnóstico dual, es decir ambos a la vez en el mismo paciente. No son mutuamente excluyentes. En ese caso el TEA se define por sí mismo como un diagnóstico comórbido al Trastorno del Desarrollo Intelectual o viceversa.

REGRESIONES SECUNDARIAS A ENCEFALOPATÍAS EPILÉPTICAS

Niños con algunas encefalopatías epilépticas, como el Síndrome de Landau-Kleffner o el Estatus Epiléptico Punta Onda Continua durante el Sueño Lento, presentan regresiones en el desarrollo, especialmente en el lenguaje.

Es importante tener en cuenta que:
– Las regresiones en el autismo ocurren alrededor del segundo año de vida y muy raramente de los tres en adelante.
– Las regresiones asociadas a estas encefalopatías, ocurren más tardíamente, hacia los cuatro o cinco años y raramente a los tres años o menos.

Es importante tener en cuenta que existe una estrecha relación entre autismo y epilepsia. La prevalencia de epilepsia en la población general es de 0.1 a 0.4%. La prevalencia en la población con TEA oscila dependiendo del lugar en donde se reúna la muestra, pero puede ir de 5 a 25%, muy alta en relación a la población general.

En algunos síndromes epilépticos la prevalencia de autismo es muy alta: epilepsia por Esclerosis Tuberosa (hasta 50% pueden presentar autismo), Síndrome de West, etc. Menos del 5% de la población general presenta anomalías electroencefalográficas, en el caso del autismo esto puede llegar a 30%. Un registro electroencefalográfico anormal no indica epilepsia, como tampoco la descarta el registro  electroencefalográfico normal.

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD E IMPULSIVIDAD

Muchos niños con TEA reciben inicialmente el diagnóstico de TDAH y algunos niños con TDAH pueden despertar sospechas de TEA. Esto nos muestra la similitud que puede haber entre ambos diagnósticos en etapas tempranas de la vida, adicionalmente ambos trastornos son altamente comórbidos entre sí. Niños con TEA y TDAH, niños con TDAH y rasgos de TEA.

No obstante, mientras que en el TDAH los síntomas principales son la inatención, impulsividad y problemas sociales como consecuencia de su impulsividad/hiperactividad; en el TEA los síntomas diana están más relacionados con la alteración en la comunicación, las conductas estereotipadas y patrones restringidos de conducta. Las alteraciones en la interacción social derivan de dificultades en la pragmática del lenguaje; así como por dificultades relacionales y de habilidades sociales por escaso o ausencia de contacto ocular, rigidez cognitiva, escaso nivel de empatía, pobre espontaneidad, escaso o ausencia de interés por interactuar y participar en el juego social, y dificultades para la interpretación de los elementos no verbales de la interacción social.

MUTISMO SELECTIVO

Los niños y adolescentes con mutismo selectivo presentan restricción de moderada a severa en la comunicación en determinados contextos sociales, pero no en otros.

Pueden presentar otras formas de comunicación como gestos o responder “si o no”, señalar, etc. Además, no presentan patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta.

TRASTORNO POR MOVIMIENTOS ESTEREOTIPADOS

Los movimientos estereotipados aparecen sin asociación a alteraciones cualitativas de la comunicación, de la interacción social o patrones restrictivos de conducta.

TRASTORNO DE ANSIEDAD SOCIAL

En estos casos el desencadenante de las respuestas de ansiedad, que pueden expresarse de diversas formas (conductas estereotipadas, miedo manifiesto, inhibición de la comunicación, etc.), es consecuencia de tener que exponerse a situaciones que requieren de interacción social. No se observan patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta.

ESQUIZOFRENIA DE INICIO TEMPRANO

Puede haber tempranamente algunas conductas relacionadas con los TEA, pero sin definir claramente el diagnóstico. Pero pueden aparecer estas conductas de manera más tardía, en la adolescencia o más adelante. En ese caso tenemos que elevar el índice de sospecha.

Los síntomas psicóticos son tardíos, en los niños con TEA las manifestaciones son siempre tempranas.

SOSPECHA TARDÍA DE TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA

Casos de personas que reciben, de manera tardía, el diagnóstico de TEA, pero sin ser este en realidad, pudiendo ser:

– Esquizofrenia de inicio temprano
– Trastornos de la personalidad
– Trastorno obsesivo compulsivo asociado a dificultades en la interacción social
– Otros

TRASTORNO DEL APRENDIZAJE NO VERBAL

Aunque actualmente este diagnóstico no está codificado en el DSM-5 consideramos importante incluirlo por la similitud que presenta con la anterior categoría diagnóstica de Síndrome de Asperger.

En ambos trastornos las habilidades verbales están preservadas, aunque con la pragmática afectada y cuentan con dificultades sociales, bajas habilidades visoespaciales, prosodia característica y dificultades motoras. Además, tienen dificultades en la percepción social e incapacidad para interpretar las emociones propias y las de los demás. Las principales diferencias entre ambas afectaciones son para el SA, el uso pragmático del lenguaje está mucho más alterado mientras que en el TANV, la motricidad está mucho más afectada que en el SA.

En otra entrada del blog os mostraremos un árbol de decisiones en la que compararemos a nivel neuropsicológico ambos diagnósticos: Síndrome de Asperger y TANV.

Como hemos comentado anteriormente, podemos encontrarnos con niños que presentan características relacionadas con los Trastornos del Espectro el Autismo sin llegar a cumplir los criterios suficientes para recibir ese diagnóstico o con manifestaciones no lo suficientemente disfuncionales como para plantearlo; y que además no encajan en ninguna otra categoría diagnóstica.

No obstante, siempre es prioritario llevar a cabo la intervención que se precise, para darles las estrategias/ recursos que necesiten y ver según la evolución si llega a confirmarse o descartarse dicho trastorno.

REFERENCIAS
Carlos E. Orellana Ayala. ¿Y si no es autismo? Aclarando dudas diagnósticas. Fuente:
autismodiario.org