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La educación secundaria y superior son especialmente complejas en esta situación. A pesar de la alta variabilidad que puede haber entre los diferentes centros escolares a nivel de organización y exigencia, es muy probable que la tónica general sea de una elevada exigencia, lo que necesariamente requerirá, en las actuales circunstancias, de una elevada capacidad de organización y autonomía por parte de las alumnas y alumnos.

ETAPA SECUNDARIA.

 

  • Mantener rutinas y horarios: para un uso óptimo del tiempo y un adecuado rendimiento conviene mantener unos horarios y unas rutinas sistemáticas. Este punto resulta especialmente importante en la etapa de la adolescencia. Es muy recomendable establecer un plan de actividades diarias respetando unos horarios similares a los que se seguían de forma habitual y que incluya de forma general los siguientes puntos (plasmar el pan de forma escrita facilitará su seguimiento):
    • Hora de levantarse, desayuno y aseo personal.
    • Tareas académicas con un descanso para el almuerzo.
    • Comida y descanso.
    • Tiempo para el estudio personal.
    • Tiempo libre.
    • Actividad física.
    • Colaboración en las tareas domésticas.

 

  • Planificación de las tareas académicas: las tareas exigidas por el profesorado (tanto en tareas como en conexiones por videoconferencia) ocuparán prácticamente toda la mañana. En el caso de que el centro escolar no haya establecido un horario de sesiones o asignaturas recomendamos seguir el horario de clases anterior al confinamiento. Igualmente será muy útil elaborar un plan semanal de tareas por asignaturas para mejorar el monitoreo de las tareas y el cumplimiento de las fechas de entrega. Tanto el horario de clases como el plan semanal deberían plasmarse por escrito y colocarse en un lugar visible del espacio de estudio. Os dejamos algunas plantillas y herramientas de productividad útiles al final de la entrada.

  • Introducir descansos: cada estudiante, en función de sus tiempos máximos de concentración debe establecer sus tiempos de descanso con el fin de que el tiempo dedicado al estudio sea lo más productivo posible. Si le resulta difícil mantenerse concentrado o concentrada durante varias horas seguidas es recomendable hacer sesiones de máximo una hora con descansos cortos (de 10 minutos máximo) entre sesiones, además del descanso para el almuerzo que será de una media hora.

 

  • Planificar el tiempo de ocio: en el caso de alumnos y alumnas más jóvenes y con tendencia al uso excesivo de juegos tecnológicos y pantallas es recomendable introducir tiempos de juego dirigido o en familia que ayuden a limitar el tiempo de ocio libre y disminuyan los conflictos por esta causa.

 

  • Introducir un tiempo diario de estudio : por lo general en esta etapa será necesario complementar las tareas académicas de la mañana con un tiempo de estudio personal realizando esquemas y resúmenes de la materia con el fin de consolidar aprendizajes y enfrentarse a exámenes en caso de que los hubiera. El tiempo que deba dedicarse a este estudio dependerá de la carga y exigencia académica, por ello recomendamos realizar una programación por asignaturas o tareas en lugar de por tiempo. El uso de listas de tareas y planes de estudio para cada asignatura nos ayudará a dedicar el tiempo que sea necesario cada día.
  • Labor de la familia : la labor de la familia en esta etapa será muy variable, en función de la edad y el nivel de autonomía del o la estudiante. No obstante, por lo general recomendamos que sea una labor de supervisión. Apoyando la planificación del tiempo y la organización de las tareas y supervisando su ejecución. También en esta etapa es importante fomentar la autonomía y exigir la colaboración en las tareas domésticas en la medida de las posibilidades de cada adolescente.

 

ETAPA SUPERIOR.

  • Mantener rutinas y horarios: de forma similar a las que eran habituales antes del estado de alarma para maximizar el rendimiento y el uso óptimo del tiempo. Puede ser de ayuda plasmar el plan de actividades diario por escrito para facilitar el cumplimiento incluyendo:
    • Rutinas de aseo
    • Horarios de despertarse, de acostarse y de las comidas.
    • Tiempo de estudio.
    • Actividad física.
    • Tareas domésticas.

 

  • Distinguir el tiempo de “clase” del tiempo de estudio personal: el tiempo de “clase” se realizará habitualmente por las mañanas atendiendo a las exigencias del profesorado. Si este tiempo no está estructurado por parte del centro de estudios conviene estructurarlo realizando un horario de “clases” por asignaturas y seguir un plan de tareas. Por la tarde se complementará con el tiempo de estudio personal mediante el análisis y síntesis del contenido de cada materia y la realización de trabajos y tareas. También conviene planificar este tiempo atendiendo a las diferentes materias. Al final de la entrada os dejamos plantillas y herramientas útiles para esta planificación. Una aplicación de calendario puede ser especialmente útil al unificar la planificación del tiempo y la gestión de tareas.

  • Adecuar el estudio a la nueva forma de evaluación de cada materia: en la situación actual es muy probable que haya modificaciones en los formatos de evaluación, exámenes online, trabajos evaluables… Es por ello que es de suma importancia adaptar la forma de estudio a la evaluación. Por lo general habrá que dedicar más tiempo a la realización de trabajos y tareas, pero conviene recordar que la clave del éxito en su realización es una correcta comprensión del contenido teórico de base, por ello debe reservarse un tiempo para el análisis de la información teórica previamente a la ejecución de los trabajos.

 

  • Planificar el tiempo de ocio: planificar el tiempo de ocio introduciendo actividad física y planificando descansos no solo mejorará el rendimiento, sino que ayudará a mantener un adecuado estado de ánimo.